"De la luz de las estrellas"
¿Qué me dirás? ¿Qué me sonreirás,
si estoy dormida?
¿De qué lugar tú me rescatarás?
Soledades se encuentran
en la orilla... la luna
desde siempre en el cielo y en el agua se brilla.
desde siempre en el cielo y en el agua se brilla.
Nos cerramos los ojos,
unos desaparecen, permanecemos Otros,
pero aún solitarios...
Con los ojos abiertos, tímidos, de reojo
nos vamos acercando.
¿Qué cosas nos decimos?
(...Si por fin llegaremos a la Orgía del Llanto
y a la Orgía del Beso de la que nos nacimos...)
Mientras tanto: vergüenza
-¡qué legado más duro de llevar en la espalda
nos dejaron los Dioses!
¡Qué olvido de que Dioses somos todos los Hombres!-.
Vencemos el legado, poco a poco,
mirándonos.
Sentimos que logramos, que llegamos, que somos
más extensos que uno: nuestra mente se expande:
de la luna a la arena,
de unos ojos a otros.
De ti mismo a mí misma.
La orgía se apodera, se escucha el primer llanto;
un sollozo ahogado que se convierte en ¡tantos!
Y risas, simultáneas: ¡por fin me he liberado!
No sé de qué, ni sé desde cuando, ni cuanto
durará este placer.
La Orgía ha comenzado. Ya no puede parar.
Ya somos inmortales y la luz de la luna tiene algo de nosotros,
y nosotros tenemos,
desde siempre,
por fin,
la luz de las Estrellas.
Haydée Nora Gómez Hernando,
Escrito a mis 23 años, en el metro, haciendo transbordo, fruto de la pura inspiración, al salir de la Universidad (cursaba Fililogía Hipánica)


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